EVA AL DESNUDO: DeWitt felicita a Eva
(2 Personajes: DeWitt, Eva)
Eva - ¿Quién es?
DeWitt - ¿Puedo pasar?
Eva - Claro, Sr. DeWitt.
DeWitt - Esperaba encontrarte con todo el teatro a tus pies.
Eva - Tengo suerte de que no me tiraran nada.
DeWitt - Tu actuación no me sorprendió. Después del otro
día, la vi simplemente como una promesa cumplida.
Eva - Es muy amable. Pero sigue siendo la actuación de la
Srta. Channing. Yo soy la copia que uno lee cuando no encuentra el original.
DeWitt - Eres demasiado modesta.
Eva - No es modestia. No quiero engañarme.
DeWitt - Un enfoque revolucionario del teatro.
Eva - Pero, si puedo sugerir algo...
DeWitt - Adelante. Ha llegado el momento de que te despojes
de tu modestia. No darse ningún bombo es tan falso como dárselo demasiado.
Eva - No creo haber hecho nada para darme bombo. Llegamos al
mundo con nuestros pequeños egos equipados de bombos individuales. Si no nos lo
damos, ¿quién va a hacerlo? Aun así... una buena actuación de una suplente,
mañana estará olvidada.
DeWitt - No necesariamente.
Eva - Aun si quisiera, como usted dice, ser menos modesta,
darme bombo, ¿cómo iba a hacerlo? Soy menos que nadie.
DeWitt - Yo soy alguien.
Eva - Desde luego que lo es.
DeWitt - Deja la puerta entreabierta... para que podamos
hablar. Cuando te cambies, si no tienes otros planes, podemos ir a cenar.
Eva - Me encantaría. ¿O debería fingir que estoy ocupada?
DeWitt - Finjamos lo menos posible. Quiero escribir una
columna sobre ti.
Eva - No basto ni para un párrafo.
DeWitt - Quizá más de uno. Hay mucho que quiero saber. He
oído parte de tu historia. Tu hogar en Wisconsin, tu trágico matrimonio, tu
apego fanático a Margo. Empezó en San Francisco, ¿no es así? Digo que tu
adoración por Margo empezó en San Francisco, ¿verdad?
Eva - Así es.
DeWitt - San Francisco, un oasis de civilización en el
desierto de California. Dime, ¿compartes mi buena opinión de San Francisco?
Eva - Sí, así es.
DeWitt - Y aquella memorable noche en que Margo te deslumbró
por primera vez en escena, ¿qué teatro de San Francisco era? ¿El Shubert?
Eva - Sí, el Shubert.
DeWitt - Un buen teatro, el Shubert. Lleno de tradición.
lntacto tras el terremoto. ¿O debería decir el incendio? Dime, ¿cómo se llamaba
tu marido?
Eva - Eddie.
DeWitt - Eddie, ¿qué?
Eva - Voy a meterme en la ducha. No le oiré.
DeWitt - Bueno, puede esperar. ¿Dónde te gustaría ir? Debe
ser una noche especial.
Eva - Decida usted.