EVA AL DESNUDO: DeWitt desnuda a Eva
Personajes 2: Eva - DeWitt
Eva - Qué día. Qué día tan divino.
DeWitt - El día D.
DeWitt - Mañana, habrás conquistado tu cabeza de playa en
las costas de la inmortalidad.
Eva - Deja de ensayar tu columna. ¿No es extraño, Addison?
Creí que estaría aterrorizada, que querría echarme a correr o algo así. En vez
de eso, estoy deseando que llegue esta noche. Que llegue y se pase.
DeWitt - ¿Tan segura estás de mañana?
Eva - ¿Tú no?
DeWitt - Francamente, sí.
Eva - Será una noche memorable. Me traerá todo lo que
siempre he deseado. El fin de un viejo camino, el principio de otro nuevo.
DeWitt - ¿Cubierto de oro y diamantes?
Eva - Me conoces mejor que eso.
DeWitt - ¿Cubierto de qué, entonces?
Eva - De estrellas. ¿Qué hora es?
DeWitt - Casi las cuatro.
Eva - Tiempo de sobra para una buena siesta. Ayer ensayamos
durante toda la noche.
DeWitt - Podrías dormir, ¿no es cierto?
Eva - ¿Por qué no?
DeWitt - El signo del auténtico matador. Dormir
profundamente, descansar bien y salir a matar.
Eva - ¿Por qué me llamas matadora?
DeWitt - ¿Eso he dicho? Quería decir campeona. Confundo los
términos.
Eva - Addison, pasa un momento, ¿quieres? Tengo algo que
decirte.
DeWitt - Las suites son para las cuentas de gastos. Esto es
un derroche.
Eva - Lo paga Max. Lloyd y él se han peleado, pero Lloyd ha
insistido. ¿Te apetece beber algo?
DeWitt - ¿Cortesía a regañadientes de Max?
Eva - De Lloyd. Yo no bebo. Le gusta tomar algo al acabar.
Lo ha enviado él.
DeWitt - Un sifón. Lloyd debe de estar esperando un récord
de permanencia en New Haven.
Eva - Es para esta noche. Estás invitado. Vamos a recibir a
todo el mundo después de la representación.
DeWitt - ¿''Vamos''?
Eva - Lloyd y yo.
DeWitt - Me parece raro que Karen no haya venido al estreno.
Eva - Addison...
DeWitt - Siempre ha estado muy unida a Lloyd. Creía que sólo
la muerte podría...
Eva - Addison... He dicho que iba a ser una noche memorable,
que conseguiría lo que siempre he deseado.
DeWitt - Algo de un viejo camino que acaba y otro que
empieza, cubierto de estrellas.
Eva - No me refería sólo al teatro.
DeWitt -¿A qué más?
Eva - A Lloyd Richards. Va a dejar a Karen. Nos vamos a
casar.
DeWitt - Así que es eso. Lloyd. Sigue siendo sólo teatro,
después de todo.
Eva - No es nada de eso. Lloyd me quiere, y yo a él.
DeWitt - No sé nada de los amores de Lloyd. Se los dejo a
Louisa May Alcott. Pero te conozco.
Eva - Estoy enamorada de Lloyd.
DeWitt - Es un autor de gran éxito comercial.
Eva - No tienes derecho a decir eso.
DeWitt - Y, artísticamente, muy prometedor. Eva, querida,
soy Addison.
Eva - Oh, Addison, ¿no será perfecto? Lloyd y yo. Quién sabe
lo lejos que podemos llegar. Escribirá grandes obras para mí. Yo las haré
grandes. Eres el único que lo sabe, aparte de Lloyd y de mí.
DeWitt - Y de Karen.
Eva - Ella no lo sabe.
DeWitt - Sabe lo bastante como para no estar aquí.
Eva - Pero no todo. No que Lloyd y yo vamos a casarnos.
DeWitt - Ya veo. ¿Y cuándo se forjó esta profana alianza?
Eva - Lo decidimos anteanoche, antes de venir aquí.
DeWitt - Espero que el escenario fuera lo bastante
romántico. Luz tenue y violines gitanos de fondo.
Eva - El escenario no era romántico, pero Lloyd lo fue. Me
despertó a las tres de la mañana aporreando mi puerta. No podía dormir, dijo.
Había dejado a Karen. No podía seguir con la obra ni con nada hasta que le
prometiese casarme con él. Nos sentamos y hablamos hasta el amanecer. No volvió
a casa.
DeWitt - ¿Os sentasteis y hablasteis?
Eva - Nos sentamos y hablamos, Addison. Quiero un contrato
con derecho a voto.
DeWitt - Nunca ha habido, y nunca habrá, otra como tú.
Eva - Bueno, di algo. Lo que sea. Felicidades. Skal. Bien
hecho, Eva.
DeWitt - ¿Por quién me tomas?
Eva - No creo que ''te tome'' por nada.
DeWitt - ¿Es posible que me hayas confundido con esos niños
retrasados a los que has estado gastando bromas? ¿Que sientas el mismo desdén
por mí que por ellos?
Eva - Seguro que quieres decir algo, pero no sé qué.
DeWitt - Mira bien, Eva. Ya es hora de que lo hagas. Soy
Addison DeWitt. Nadie me toma el pelo, y menos tú.
Eva - Nunca ha sido mi intención.
DeWitt - Sí, lo ha sido, y lo sigue siendo.
Eva - No sé qué quieres decir. Quiero echar mi siesta. Es
importante...
DeWitt - Debemos hablar, de matador a matador.
Eva - De campeón a campeón.
DeWitt - Conmigo no eres ninguna campeona. No te des aires.
Eva - Di claramente lo que tengas que decir, y luego déjame
echar la siesta.
DeWitt - Muy bien. Aunque no sea necesario, porque ya sabes
lo que voy a decir. Puede que Lloyd deje a Karen, pero no la dejará por ti.
Eva - ¿Qué quieres decir con eso?
DeWitt - ¿Lo digo más claramente? No he venido a New Haven a
ver la obra ni a hablar de tus sueños. He venido a decirte que no te casarás ni
con Lloyd ni con nadie, porque no lo permitiré.
Eva - ¿Qué tienes que ver tú con eso?
DeWitt - Todo. Porque, desde esta noche, me perteneces.
Eva - ¿Pertenecerte? ¿A ti? No doy crédito.
DeWitt - Un cliché muy usado.
Eva - ¿''Pertenecerte''? Suena medieval. Salido de un viejo
melodrama.
DeWitt - También la historia del mundo en los últimos 20
años. No me gusta ser tan claro. Esperaba que dieras por sentado que tú y yo...
Eva - ¿''Dar por sentado''? ¿''Que tú y yo...''?
DeWitt - Recuerda, mientras vivas, no reírte de mí jamás. De
lo que quieras o de quien quieras, pero
nunca de mí.
Eva - Vete.
DeWitt - Eres demasiado pequeña para ese gesto. Además, hace
tiempo que se pasó de moda.
Eva - Si no te vas, haré que te echen.
DeWitt - No cojas el teléfono. Ni lo toques. Algo te dijo
que hicieras lo que te dije, ¿verdad? Ese instinto vale millones. No puede
comprarse, Eva. Aprécialo. Cuando suene la alarma, corre a tu puesto. Para
empezar, tu nombre no es Eva Harrington. Es Gertrude Slescynski.
Eva - ¿Y qué?
DeWitt - Es cierto que tus padres son pobres. Les gustaría
saber cómo estás. No han tenido noticias tuyas desde hace tres años.
Eva - ¿Y qué?
DeWitt - Cuestión de opinión, lo admito. También es cierto
que trabajaste en una cervecería. Pero no fue tan aburrido. Fue cada vez menos
aburrido, hasta que la mujer del jefe hizo que lo siguieran.
Eva - ¡No pudo demostrar nada!
DeWitt - Pero los 500 dólares con que te compraron te
trajeron directa a Nueva York, ¿verdad?
Esos 500 dólares te trajeron a Nueva York. Era una embustera. ¡Una
embustera! Responde a mi pregunta. ¿No te pagaron por abandonar la ciudad? No
hubo ningún Eddie, ningún piloto. Nunca has estado casada. No fue sólo una
mentira, sino un insulto a los héroes muertos y a aquellas que los amaron. En
San Francisco no hay un teatro Shubert. Nunca has estado en San Francisco. Fue
una mentira estúpida, indigna de ti.
Eva - Tenía que conocer a Margo. Tenía que decir algo, ser
algo. ¡Gustarle!
DeWitt - Le gustaste. Te ayudó y confió en ti. Le pagaste
intentando robarle a Bill.
Eva - ¡No es verdad!
DeWitt - Yo estaba allí. Te oí y te vi a través de la puerta
del camerino. Usaste mi nombre para chantajear a Karen y que te diera el papel
de Cora. Me mentiste sobre ello.
Eva - ¡No!
DeWitt - He comido con Karen no hace ni tres horas. Como
todas las mujeres que intentan averiguar cosas, me contó más que yo a ella.
Ahora, ¿quieres cambiar tu historia sobre Lloyd aporreando tu puerta?
Eva - Por favor, por favor.
DeWitt - Que pueda desearte, de pronto me parece el colmo de lo improbable. Pero ésa misma es
probablemente la razón. Eres una persona improbable, Eva, y yo también. Tenemos
eso en común. También el desprecio por la humanidad, la incapacidad de amar y
ser amados. La ambición insaciable... y el talento. Somos tal para cual. ¿Me
estás escuchando? - Pues dilo.
Eva - Sí, Addison.
DeWitt - ¿Y comprendes y aceptas lo completamente que me
perteneces?
Eva - Sí, Addison.
DeWitt - Pues echa la siesta, y buena suerte esta noche.
Eva - No voy a actuar. No puedo. Imposible. No podría
seguir.
DeWitt - ¿''No podría seguir''? Será la actuación de tu
vida.