ANA
¿Conociste mi apartamento
de Laprida?
BEA
No, Laprida, no.
ANA
En la puerta tenía
un póster de Gardel… Me lo hicieron mierda… Entraron a patadas, me pusieron un jersey
en la cabeza, y lo rompieron todo. Me llevaron en un coche con sus pies encima.
Me pegaron un culatazo. Cuando me desperté estaba desnuda encima de una mesa
donde empezaban a picanearme. En algún momento vino alguien, me puso un
estetoscopio, y les dijo que pararan… No estoy segura si fue ese mismo día…
Perdí un poco la noción del tiempo… y… Es como si se me hubiera roto algo
adentro, que ya no sé si tiene arreglo… Todavía me despierto ahogada por la
mañana. Estoy allí colgada, y me meten la cabeza en un cubo de agua… Después de
siete años todavía me ahogo… Cuando salí de allí, me dijeron que había
estado treinta y seis días. Había adelgazado doce kilos, y me habían hecho todo
el tratamiento… Al principio, me libré de las violaciones. ¿Sabes por qué?
Porque el que vino a casa, el único al que miré a la cara, me sonrió y me dijo:
"Te voy a guardar para mí…" Y después, oía su voz todo el tiempo
cuando venía y preguntaba si se habían acordado de guardarme… Tengo terror de
oír su voz en la calle, en el metro…
BEA
Pero, ¿por qué?
¿Por qué te hicieron eso? ¿Por qué te hicieron eso, Anita? ¿Por qué?
ANA
No sé… Al
principio, preguntaban por Pedro… Yo les decía la verdad: hacía dos años que no
lo veía. Y me volvían a preguntar, y yo les volvía a decir, y golpes, y picana,
y submarino, y…
BEA
¿Qué había hecho
Pedro?
ANA
Pedro ya estaba
jugado. Y a lo mejor ya estaba muerto cuando me preguntaban por él…
BEA
¿Les denunciaste?
ANA
¡Qué buena idea! No se me había ocurrido… Y tú,
¿a quién hubieras hecho la denuncia?
BEA
Bueno… pero si no habías hecho nada…
ANA
¿Cómo y a quién?
Ese lugar estaba lleno… A veces era difícil saber si era yo la que gritaba, o
los otros. Había mujeres embarazadas que perdían allí sus hijos… Y otras que se
las llevaban pero que volvían solas porque el niño se lo daban a esas familias
que los compran sin preguntar de dónde venían…
BEA
¿Por qué me dices
eso a mí?
ANA
No sé, nunca lo
había contado. Lo escribí una sola vez, para la Comisión… ¡Increíble! ¡Me
siento culpable!